La diarrea mata anualmente a 2,2 millones de personas, de ellas, más de
un millón son niños menores de cinco años. La malnutrición cada día provoca la
muerte de 10.000 niños, la calidad del agua es clave para absorber los nutrientes.
El Cólera afecta a muchos núcleos de población pobre ocasionando la muerte de
miles de personas como en Haití. La fiebre tifoidea provoca cada año más de
500.000 muertes. Según un informe de la ONU, más de 1.100 millones de personas carecen de instalaciones necesarias para
abastecerse de agua y 2.400 millones no tienen acceso a sistemas de
saneamiento.
El
círculo vicioso de la pobreza y la enfermedad, el agua y el saneamiento
insuficientes constituyen a la vez la causa y efecto de esta grave crisis
mundial que cada día se acentúa sin que gobiernos o instituciones sean capaces
de solucionar por falta de interés. Nos echamos las manos en la cabeza cuando
conocemos los millones de muertes que se producen por falta de elementos tan
fundamentales para la vida como es el agua y sin embargo no se ponen soluciones
para atajar este genocidio consentido por todos los países del mundo. Se mire
por donde se mire, la desnutrición, la deshidratación y la muerte por
enfermedades crónicas del ser humano, son debido al orden asesino del mundo.
Quien muere de hambre, de sed o de falta de higiene, es víctima de un
asesinato, y quien pudiendo hacer algo
para evitarlo no lo hace, se convierte consciente o inconscientemente en
cómplice de ello.
Según
Unicef, lavarse las manos podría evitar la muerte de tres millones y medio de
personas por infecciones. Diarreas e infecciones agudas son las responsables de
ello. En su campaña “Las manos limpias salvan vidas”, pretende que los
escolares se conviertan en agentes efectivos de su comunidad y comprendan los
beneficios de esta medida higiénica y la promuevan en sus hogares….pero….si no
tienen agua..¿Como lo van a promover?. Hace falta con urgencia soluciones
efectivas y gratuitas para poder parar este infierno.
El
agua de mar ocupa el 70% del Planeta Tierra, es el elemento más abundante que
existe y además es patogenicida, que con el simple hecho de lavarse las manos
con ella y sin jabón, toda clase de gérmenes infecciosos quedan desactivados en
el acto. El agua de mar es gratuita, no necesita extracciones costosas. Solo
con que camiones cisternas recogieran agua de mar en la costa y las llevara a
los núcleos necesitados para lavarse las manos, se podrían salvar la vida de
millones de personas. Así de sencillo, fácil, útil y necesario.
Pero
el agua de mar puede salvar muchas más vidas. Puede utilizarse para muchas más
necesidades básicas. El 97,5% del agua existente en nuestra Tierra es agua de
mar, un 2% es agua dulce congelada en los polos y solo queda el 0,5% de agua
dulce consumo humano, agrícola, ganadero e industrial. Si vemos los
porcentajes, comprenderemos la enorme capacidad casi ilimitada que posee el
agua de mar. Si a ello, le sumamos los enormes beneficios que aporta, nos
daremos cuenta del potencial que tenemos en nuestras manos y que siendo
patrimonio de todos, puede acabar con la desnutrición en el mundo y con muchas
enfermedades crónicas.
Recientes
estudios han demostrado que el agua de mar es el nutriente orgánico más
completo de la naturaleza, además de ser un recurso biodisponible, orgánico y
gratuito. Investigadores de la Universidad d Alicante han realizado un estudio
que pone de manifiesto que el agua de
mar activa el sistema inmunológico ejerciendo un efecto protector reforzando el
organismo ante virus, bacterias, bajas defensas y otros patógenos estaciónales.
El agua de mar y según el mismo estudio, contiene numerosos minerales con
conocidos efectos antioxidantes e inmunomoduladores, como pueden ser el
selenio, el silicio o el zinc. También ejerce un papel fundamental en la
eliminación de muchos tumores, según el Doctor Sempere. Otro de los hallazgos
de esta investigación, es el efecto protector/conservador sobre los hematíes a
lo largo de todo el cultivo celular, pudiendo ser beneficioso en la
conservación de órganos. El estudio también demuestra que la solución
hipertónica (toma de agua de mar tal cual), administrada por vía oral a
individuos sanos, es capaz de activar el sistema inmunológico, incrementando la
expresión leucocitaria de marcadores de activación y de moléculas de adhesión,
en función de las necesidades del organismo en cada momento.
El
mar, al igual que un organismo, posee su propia homeostasis, su propia
regulación interna y su comportamiento presenta una analogía similar con la del
medio interno del organismo humano, lo cual permite considerar el agua de mar
como un remedio para muchas
enfermedades y patologías.
Todos
estos conocimientos ya los descubrió Rene Quintón (1866-1925), salvando la vida
de miles de niños y enfermos desahuciados
inyectando agua de mar en Paris, creando decenas de dispensarios marinos
donde se trataba a los enfermos con agua de mar y parando el cólera en El Cairo
en 1912 con el agua de mar.
La
creación de dispensarios en todo el mundo para suministrar agua de mar de forma
gratuita podría garantizar una mejor calidad de vida para los seres humanos y
se pueden convertir en la solución al problema del hambre para futuras
generaciones así como una alternativa para curar muchas patologías y reducir el
número de muertes en las poblaciones más vulnerables.
Además
de su uso nutricional y terapéutico, experiencias recientes con agua de mar
permiten asegurar su utilidad en la agricultura (Salicornia y numerosas plantas
más) y la ganadería. El agua de mar puede utilizarse para reforestar zonas
desérticas creando manglares que eleven el nivel de vida de las zonas pobres y
marginales.
En
Nicaragua existen más de 80 dispensarios marinos que reparten agua de mar de
manera gratuita a la población para combatir enfermedades y la desnutrición.
Más de cincuenta médicos están utilizando el agua de mar como terapia y
medicina. Existen más de 8.000 casos clínicos de curaciones que pueden ser
supervisados por cualquier investigador o autoridad médica. Es más, hay una Ley
de medicina natural donde se reconoce el agua de mar como medicina alternativa
a la tradicional.
La
falta de saneamiento en las poblaciones pobres, ocasiona más de tres millones
de muertes por enfermedades. ¿Es tan difícil llevar agua de mar que cumple la
misma función o mejor que el agua dulce, para el saneamiento e higiene de las
poblaciones más afectadas por pobreza? Ya no hay excusa argumentando que no se
puede por falta de acceso al agua potable. El agua de mar es un recurso
gratuito y abundante. Solo hace falta voluntad y ganas de frenar este genocidio
que lleva consintiéndose décadas y donde existe evidentemente un negocio
consentido alrededor de este grave problema de la humanidad. El agua de mar, un bien gratuito, es
patrimonio de todos y su consumo un elixir de vida.
La
II Cumbre Mundial sobre el agua de mar celebrada en Madrid a últimos del mes de
abril, demostró científicamente a
través de reconocidos médicos y especialistas, que el agua de mar es un
gran recurso para la vida, para combatir la desnutrición en el mundo, frenar y
acabar con el hambre, curar muchas enfermedades solo con su ingesta y la puesta
en funcionamiento de Oasis y Dispensarios Marinos, así como su utilización para
saneamiento. La puesta en práctica de este Proyecto Marino como ya se esta demostrando
en Nicaragua, Colombia y otros países, es una solución viable al genocidio que
se está cometiendo contra la humanidad y su puesta en práctica, requiere pocos
esfuerzos y poco dinero, en comparación con otros proyectos donde se emplean
millones de euros y que después no llegan a cumplir su objetivo ni su
permanencia.
El agua
de mar no necesita reparaciones, mantenimiento o cualquier otra forma para
mantener vivo un recurso. Esta ahí para
ser recogida y transmitida sus beneficios a todos los actores implicados. Es
gratuita, un bien adquirido con derecho a todos los seres vivos.
Ninguna
ONGs , Fundación o Entidad ha contestado ante este remedio que podría ayudar a
las poblaciones más pobres. Lo he trasladado a la Cruz Roja Internacional, la
española, al padre Ángel con el que estuve reunido de Mensajeros de la Paz,
Manos Unidas, Unicef, Médicos Sin Fronteras, Bomberos sin fronteras y muchas
otras más. Silencio. La presidenta de UNICEF recientemente me ha contestado
tras un correo electrónico enviado el 20 de noviembre con motivo del Día
Mundial del Niño, con este término: “Muchas gracias por su comunicación
sobre las propiedades curativas y preventivas del agua de mar, que desde luego
es muy interesante. Agradecemos asimismo su interés en la supervivencia
infantil que, como sabe, es tema prioritario para UNICEF. Sin embargo, siento
manifestarle que la propuesta que usted nos formula, no forma de momento parte
de nuestra estrategia y planes de trabajo, ya que UNICEF se guía por las
directrices de la OMS en lo que a temas sanitarios se refiere” Una
contestación formulada a los dos días siguientes, sin realizar un estudio
previo del tema y sin tener en cuenta las opiniones de decenas de médicos que
ya están trabajando con el agua de mar. Le mande otro correo diciéndola si hay
que pedir permiso a la OMS cada vez que millones de personas se bañan en las
playas…..si no hay que hacerlo ¿por qué
pedir permiso de la OMS para que los niños puedan lavarse las manos con agua de
mar y así evitar la muerte de tres millones de personas por falta de higiene?.
No ha sido contestada. Sin embargo ha declarado a los medios de
comunicación que 180 millones de niños
son víctimas de la desnutrición crónica
y que mina para siempre el desarrollo físico e intelectual, mientras que
otros 20 millones luchan para hacer frente a la desnutrición aguda severa. Que
cada uno saque su propia conclusión. Para mi es un agravio imperdonable para
los que en estos momentos están muriendo de hambre o enfermedad por
desnutrición.
El
conocimiento del agua de mar, debe ser nuestro, de todos nosotros, de todos los
seres vivos, un bien preciado gratuito, patrimonio de la humanidad. El boca a
boca, es la mejor herramienta de nuestra lucha y debemos conseguir, que el agua
de mar llegue a todos los rincones de la Tierra, al igual que llega las olas
del mar. Salvemos la vida de millones de personas que mueren desnutridas, de
millones de niños que no han tenido tiempo para sonreír y que desde el primer
momento de su nacimiento, se han encontrado con el sufrimiento y el dolor.
Espero sinceramente, que
todas nuestras lágrimas saladas se junten y que todas unidas, formen un río que
llegue al mar y lance a los mil vientos y mil corrientes, gotas de esperanza en el mar de la igualdad.
PEDRO POZAS TERRADOS