Alain Bombar, realizó en 1952 la increíble hazaña de atravesar el Atlántico en una balsa hinchables, sin agua y sin víveres. El objeto de su aventura era establecer un sistema práctico para proporcionar a los náufragos el modo de sobrevivir en alta mar. Su experiencia ha salvado decenas de miles de vidas.
El náufrago actual no muere por beber agua de mar sino por no saber beberla. Mayormente muere por insolación.
El agua del mar por donde navega la patera tiene todos los nutrientes que tiene el emigrante y si este la bebe a sorbos pequeños y la deja en la boca un par de minutos, para rebajarla con su saliva y luego la traga, estará nutriéndose perfectamente y podrá permanecer con vida durante muchos días más si además tiene la precaución de cubrirse la cabeza contra los rayos ultravioletas del sol.
Se oye decir que el agua del mar tiene mucha sal y por eso perjudica a los riñones y sube la tensión arterial. No es cierto: la sal blanca es cloro y sodio (cloruro sódico) que echamos a las comidas, pero la sal que hay en el mar no es cloruro sódico porque son iones que están disociados en el mar como el resto de componentes de la tabla periódica.
El agua de mar hace bajar la tensión arterial porque es muy diurética y hace que elimine el riñón el doble de líquidos y sólidos que el suero fisiológico.
Omdimar
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