Dra. Maura Flores Calero
(Egresada de la UPONIC como médico general naturoortopático; alumna del Dr. Rosendo Argüello R. (qepd); estudios en Homotoxicología, acupuntura, agua de mar y Flores de Bach; exdecana de la Facultad de Medicina Natural de la UPONIC (2002-2003); conductora por 7 años del programa radial “Secretos de la naturaleza” en Radio Ondas de Luz. Trabajo presentado en la Primer Reunión de Naturópatas de Nicaragua el día 21 de agosto del 2010 en la Universidad Martin Luther King de Managua, Nic.).
Dando una mirada hacia la historia, recordamos, con especial referencia en este tema al destacado investigador, fisiólogo y Visionario francés René Qinton descubrió toda la riqueza del agua de mar y la tradujo para el bien de la humanidad en sencillos dispensarios marinos en los que se curaron miles de niños y adultos administrando el agua de mar por distintas vías. Fue el que difundió todos los fundamentos, propiedades y leyes que explican como el agua de mar es el nutrimento por excelencia, imprescindible para que cada uno de los cien billones de células que componen nuestro organismo funcionen en óptimas condiciones. Esa sabiduría de la primera célula, surgida del agua de mar, ha permanecido constante en el “sin tiempo” como testigo del protagonismo de la biología en el origen de la vida.
Es aceptado universalmente que del mar salió la primera célula madre que dio origen a todos los seres vivos que hoy habitamos en la tierra. Esa célula contenía en el ADN de su núcleo la sabiduría que ha ido transmitiendo a sus descendientes a través de la información que tenía, y que sigue teniendo, para dar lugar a la aparición en el planeta de todas las especies vivas, tanto vegetales como animales.
René Quinton después de demostrar experimentalmente que el Plasma Marino es el sustituto natural del Plasma Sanguíneo Humano, destacó y coincidió con Claude Bernard, en que el organismo humano es una gran pecera o acuario, en la que el agua de mar es el 75% de su contenido y las células que están sumergidas en ella son los peces que conforman el 25% restante. La vida de esos “peces”, las células, dependerá de la calidad del agua de la pecera. Mantener en cada una de las células el equilibrio físico y bioquímico del agua, las sales marinas que disueltas, es el secreto para una buena nutrición celular y, por lo tanto, para disfrutar de una salud óptima. Este equilibrio entre la célula y el medio que le rodea, Alfred Pishinger lo explicó basándose en el concepto que Cannon introdujo sobre la homeostasis.
EL AGUA EN LA TIERRA Y EN EL ORGANISMO
La Hidósfera, formada por los mares, ríos y lagos, constituye algo más que el 70% de la superficie terrestre. De la misma manera y en consonancia con la proporción acuosa del planeta, el cuerpo humano está constituido por un 75% de agua. En el recién nacido, un 97% es agua. En el adulto un 75% es agua. El cerebro humano es agua en un 75%. La sangre contiene un 78% de agua y un 22% de elementos sólidos.
El agua está por todas partes y dependemos de ella para vivir. Gracias a sus notables propiedades para sustentar la vida, el agua es el canal que utiliza el organismo para realizar todas sus reacciones químicas, físicas y biológicas. El agua actúa como catalizador, como sistema de transporte, como termostato, y para abastecernos de nutrientes y de impulsos eléctricos. En el cuerpo humano existen cien trillones de células llenas de agua y rodeadas por agua. El agua actúa a todos los niveles del ser humano. Somos criaturas acuosas viviendo en un planeta acuoso.
El 97% de todo el agua del planeta se encuentra en los océanos, con un volumen aproximado de 1,370 millones de kilómetros cúbicos.
El agua de mar es la única “agua real”, ya que es la fuente de todas las demás aguas dulces del planeta. Es la más rica y completa de todas las agua minerales y también la más abundante de la tierra. La evaporación del agua en la superficie de los océanos se condensa en las nubes y regresa a la tierra en forma de lluvia, un agua que carece de minerales. El agua de lluvia da volumen a los ríos y estos regresan al mar, cargados de minerales que recogen de la tierra y de las piedras, gracias a su poder como disolvente universal. De vuelta en los mares y océanos, el agua de río se mezcla con las agua y los minerales marinos alcanzando la perfecta omeotasis que nos ofrece el mar como órgano con personalidad propia, es el eterno ciclo del agua, pero la fuente siempre es el agua oceánica.
PODER CURATIVO DEL AGUA DE MAR
Teóricamente estamos diseñados para nacer y vivir sanos, equilibrados, sin enfermedades. La enfermedad es la consecuencia de la rotura del equilibrio de algunos componentes del organismo.
El agua de mar basa su poder curativo y preventivo en tres ejes que se mueven equilibradamente gracias a la información que les suministra la sabiduria innata del ADN marino. Precisamente esos ejes son el fundamento que tratan de perseguir las terapias existentes en todos los países de la tierra, tanto las químicas y sin excepción tóxicas como las orgánicas o naturales e inofensivas.
Los tres ejes son: 1. Recarga hidro-electrolítica. 2. Reequìlibrio de la función enzimática. 3. Regeneración celular. Lo que quiere decir, que el agua de mar: 1. Rehidrata al mismo tiempo que suministra la totalidad de los minerales más puros y orgánicos (electrólitos) en una forma fácilmente asimilable; 2. Reequilibra el desbalance de la función enzimática, sin la que es imposible el funcionamiento de los mecanismos de la autoreparación y la
salud consiguiente, y 3. Regenera las células individualmente como consecuencia de que el agua de mar les suministra todos los elementos imprescindibles para su buen funcionamiento, con lo que el organismo vuelve al equilibrio, que se materializa en salud.
ENFERMOS Y AGUA DE MAR
LA HIPERTENSION Y LA SAL MARINA. Lo primero que le dice un mèdico a un hipertenso es que tiene que comer sin sal. La sal ni verla ni olerla. Un hipertenso no tiene porque comer alimentos insípidos y faltos de sabor. Simplemente puede condimentar sus comidas con sal marina o agua de mar, ya que no comporta ningún riesgo para su hipertensión. El desconocimiento del agua de mar ha llevado a la mayoría de los facultativos a creer que el agua salada del mar y la sal común o de mesa son la misma cosa. Error gigantesco de estos profesionales, lo que da sabor salado al agua de mar es el sodio (Na), uno de los componentes del agua de mar; un sodio que es orgánico y no químico. La sal de mesa corresponde a fórmula química denominada cloruro de sodio (NaCl), eminentemente química, y absoluta y definitivamente nada orgánica. El sabor del agua de mar que es orgánica, no tiene nada que ver con la composición química de la sal común.
Como usar el agua de mar contra la hipertensión, beber 500cc de agua de mar pura repartida en tres tomas (cada 8 horas), preferiblemente antes de las comidas.
El agua de mar es diurética y elimina líquidos indeseables.
Lo óptimo es alimentarse racionalmente con nutrientes orgánicos; y el nutriente orgánico por excelencia es el agua de mar, que contiene todos los minerales, incluídos los oligoelementos (minerales en cantidades mínimas), listos para ser absorbidos (biodisponibilidad) sin inconvenientes y directamente absorbidos por el organismo, sin peligro alguno de intoxicarlo.
Además de quitarles la sal, los médicos obligan a los pacientes hipertensos, por rutina, a utilizar diuréticos para disminuir la retensión de líquidos, que aumenta la presión sanguínea en las vías circulatorias. Los diuréticos, como todos los fármacos químicos conllevan a efectos secundarios. En cambio, cualquier persona que tome agua de mar rutinariamente, por ejemplo 500cc diarios en varias tomas, comprobará que eliminará mucha más orina antes de beberla y no estará sometido a efectos secundarios.
VIAS DE CONSUMO
De todas las posibles vías de administración del plasma marino la que se considera, especialmente en pediatría, de mayor interés hoy día en que el
aparato digestivo está tan mal tratado (por el abuso de azúcares, lácteos, harinas refinadas así como el abuso de antibióticos) es la vía oral.
El uso vía oral del agua de mar tiene las siguientes cualidades medicinales: limpia, higieniza y cicatriza varias patologías de la cavidad bucofaríngea, (candidiasis, aftas, faringoamigdalitis, gingivitis).
En patología de adultos puede ser útil para piorrea y otros problemas periodónticos en general.
Por su ph alcalino es de gran interés para la gastritis (ingestión con estómago vacío). También ayuda a la digestión intestinal cuando se administra media hora tras la ingesta alimentaria.
Tiene una función antibiótica y a la vez prebiótica. Combate la flora patógena y nutre la flora normal.
Favorece la cicatrización intestinal por lo que es de gran ayuda en el síndrome del intestino permeable, presente en muchas disbiosis y patologías intestinales.
Es el rehidratante ideal, el mejor suero oral. De prescripción obligadas en las gastroenteritis, ya sean agudas o crónicas (por su poder antibióticos, prebiótico, cicatrizante y rehidratante).
Por su fitoplancton y su zooplancton así como sus minerales y oligoelementos, (posee todos los elementos de la tabla periódica).
Tiene una importante capacidad nutritiva, como ya se ha comprobado en poblaciones desnutridas en Colombia.
Por sus sales posee una importante capacidad diurética, y mejora de la presión arterial, como demostró en su día el propio Quinton.
Al ser el intestino uno de los principales órganos imunológicos del organismo, se consigue con el uso continuado por vía oral del agua de mar un sistema inmune más competente, (menos infecciones) y menos hiperactivado (menos problemas alérgicos y autoimunes).
Por su riqueza en magnesio posee un efecto nutritivo y tranquilizante sobre el sistema nervioso, favoreciendo el descanso nocturno.
OTRAS VIAS
Vía rectal.- El agua de mar ayuda a mejorar todas las patologías ano-rectales (fisuras, abscesos, hemorroides, etc) y a través del circuito entero hepático estimula el funcionamiento hepático permitiendo una mejor detoxificación del organismo.
Las curas vía rectal suelen ser diarias, aplicar un pequeño enema de 30 a 70cc, al acostarse, durante 2-3 semanas.
Nebulizada.- En el caso de los niños se recomienda 3cc tres o cuatro veces en el día, y en el caso de los adultos 5cc igual tres o cuatro veces al día.
Igualmente el uso de agua de mar es de inestimable valor en problemas (agudos y crónicos) nasales, de sinusitis, óticos y conjuntivales.
Parenteral
En general, en todas las patologías agudas o crónicas en la que esté involucrado el aparato digestivo, mucosas o piel, así como el sistema inmunitario (infecciones o alergias), está indicada el agua de mar.
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